Premio a la excelencia en publicaciones médicas

El grupo QuirónSalud me ha concedido el premio a la excelencia en publicaciones médicas por un artículo publicado el año pasado sobre el “Impacto de la COVID-19 en el comportamiento sexual de la población; la visión de Oriente y Occidente” publicado en Julio del año 2020 en el International Brazilian Journal of Urology . El artículo fue realizado por un grupo de urólogos en el que participaron urólogos italianos, iraníes y de nuestro país. El trabajo tuvo un gran impacto en los medios de comunicación dado que solo habían pasado unos 4 meses del inicio de la pandemia.

 

A continuación expongo los puntos más destacados del mismo traducidos:

 

Impacto de la pandemia de COVID-19 en el comportamiento sexual de la población. La visión de Oriente y Occidente

 Authors: François Peinado Ibarra1, Mehri Mehrad2; Marina Di Mauro3, María Fernanda Peraza Godoy4, Eduard García Cruz5 , Mohammad Ali Nilforoushzadeh2 ,Giorgio Ivan Russo3.

 

Affiliations:

  1. Urology Department, Hospital Quirón Salud Juan Bravo 39. Madrid, Spain
  2. Skin and Stem Cell Research Center, Tehran University of Medical Sciences, Tehran, Iran.
  3. Urology Section, Department of Surgery, University of Catania, Catania, Italy.
  4. Staff Andrology Department Fundació Puigvert Barcelona, Spain and Director Healthy Pleasure Lab London United Kingdom. Spain.
  5. Urology Department, Hospital Clinic de Barcelona, Spain. Vigora. Member of Healthy Pleasure Lab. Spain.

Corresponding Author: Dr. François Peinado Ibarra, Head of the Urology Department at Hospital Quirón Ruber 39, Madrid. C/Juan Bravo 39, 28006. Madrid. E-mail: doctorpeinado@gmail.com

 

INTRODUCCIÓN

Las relaciones sexuales sufrieron un duro golpe debido a la pandemia mundial de SARS-Cov-2 (1). La COVID-19 ha cambiado radicalmente las relaciones sociales en el mundo, tanto por las restricciones impuestas por los distintos Estados como por la sensación de miedo al contagio que ha arrastrado a la población en general. Estos cambios nos han abrumado en un periodo de tiempo muy corto, sin dejar tiempo para que nuestra mente y nuestro cuerpo se acostumbren a la nueva situación. La angustia por la situación mundial, junto con la continua exposición a imágenes de enfermedad y muerte, ha puesto a prueba la estabilidad emocional de cada persona. En la literatura, varios estudios analizaron las respuestas psicosociales de la población general a la epidemia del síndrome respiratorio agudo severo. Los temas de las respuestas psicológicas incluían la ansiedad, los miedos, la depresión, la ira, la culpa, el dolor y la pérdida, el estrés postraumático y el estigma (2). El trastorno de la rutina diaria, la limitación de la libertad e independencia de cada uno y la pérdida de ese sentido de utilidad, propio de la contribución al trabajo comunitario, han infundido en el hombre una sensación de impotencia y pérdida. De ello se desprende que las implicaciones psicológicas han sido devastadoras y, ciertamente, la esfera sexual es la que se ha visto más afectada (3). Así, el propio miedo al contagio ha reducido el contacto físico en la pareja, desde el simple beso hasta el pleno coito. El estado de constreñimiento al que se nos obligó a vivir, uno al lado del otro, durante las 24 horas del día, la limitación del espacio propio y la obligación de compartir cada momento del día, en algunos casos exacerbó las peleas dentro de la pareja conviviente, exacerbó las diferencias de opinión, debilitando así el vínculo de pareja. Se sabe que las emociones negativas afectan negativamente a las relaciones sexuales. De hecho, la salud sexual y reproductiva es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social en relación con todos los aspectos de la sexualidad y la reproducción, y no sólo la ausencia de enfermedades, disfunciones o dolencias. Además, en la actualidad, con muchos países encerrados, los hábitos sexuales también pueden variar significativamente (4). Por lo tanto, un enfoque positivo de la sexualidad y la reproducción debería reconocer el papel que desempeñan las relaciones sexuales placenteras, la confianza y la comunicación en la promoción de la autoestima y el bienestar general (5). Así pues, el COVID-19 ha tenido un impacto negativo no sólo en términos de afectividad, sino también en términos de relación sexual. En las relaciones de convivencia, la relación sexual se vio afectada por la presencia continua de niños en el hogar, dado el cierre de las escuelas, con la dificultad de encontrar un momento de intimidad. La sexualidad también está influenciada por el sentimiento de deseo hacia el otro. Los factores psicológicos, los estados de ánimo específicos pueden inhibir el deseo sexual. La depresión y la ansiedad se han asociado mayoritariamente a bajos niveles de deseo (6, 7). Quienes viven una relación estable pero no conviven, por el contrario, tienen un fuerte deseo por el otro, que sin embargo no puede ser satisfecho por la distancia física y la imposibilidad de acercamiento debido a la restricción en los movimientos de las personas impuesta por el Estado. En este caso, la sexualidad puede vivirse de forma diferente gracias al uso de Internet, pero no todas las parejas están dispuestas a mantener relaciones sexuales online. En cuanto a los solteros, es evidente cómo, en un momento en el que las relaciones sociales se reducen a cero, es difícil poder mantener relaciones sexuales ocasionales, dado que no hay oportunidad de conocer a la pareja. Cabe señalar que incluso las relaciones sexuales entre compañeros de trabajo ya no tienen oportunidad de existir, para aquellos trabajadores cuyas empresas han sido cerradas y se ha adoptado el trabajo inteligente.

Por último, las relaciones sexuales extramatrimoniales se ven dificultadas por la imposibilidad de desplazarse y llegar al domicilio del otro debido a las restricciones legales impuestas por su país de origen, pero también por el hecho de que los respectivos convivientes se encuentren en casa, por lo tanto con la imposibilidad de encontrar un lugar adecuado para el acto sexual. Así, si por un lado las implicaciones psicológicas hacen menos deseable la realización del acto sexual, por otro lado también los problemas logísticos reducen la posibilidad de mantener una relación sexual. Una vez superado el estado de alerta, habrá que trabajar mucho, sobre todo en la pareja, para volver a la normalidad.

Transmisión del SRAS-CoV2 y las relaciones sexuales En cuanto al riesgo y la transmisión del SRAS-CoV-2 durante las relaciones sexuales, algunos estudios han demostrado que la mayor cantidad de virus está presente en la saliva, por lo que los besos, una práctica muy común durante las relaciones sexuales en la época de la pandemia, son muy arriesgados. Además, hay que tener en cuenta que se ha detectado una transmisión fecal-oral en muestras de heces de pacientes infectados (8, 9).

No hay pruebas de que el COVID-19 pueda transmitirse por vía vaginal o anal. También hay pruebas de la transmisión oral-fecal del COVID-19 y eso implica que el anulingus puede representar un riesgo de infección. En el caso de los homosexuales es posible el contagio por vía anal y oral-fecal. Las mujeres embarazadas infectadas que tuvieron un parto vaginal no tuvieron bebés infectados, por lo que no parece haber implicación transvaginal.

El SARS-CoV-2 puede estar presente en el semen de los pacientes con COVID-19, y el SARS-CoV-2 puede seguir detectándose en el semen de los pacientes en recuperación. Debido a la imperfección de las barreras sangre-testículos/deferentes/epidídimo, el SARS-CoV-2 podría sembrarse en el aparato reproductor masculino, especialmente en presencia de una inflamación local sistémica. Aunque el virus no pueda replicarse en el aparato reproductor masculino, podría persistir, posiblemente como resultado de la inmunidad privilegiada de los testículos. Si en futuros estudios se demuestra que el SRAS-CoV-2 puede transmitirse por vía sexual, la transmisión sexual podría ser una parte fundamental de la prevención de la transmisión, especialmente si se tiene en cuenta que el SRAS-CoV-2 se detectó en el semen de pacientes en recuperación. La abstinencia o el uso del preservativo podrían considerarse medios de prevención para estos pacientes (10).

Salud sexual durante la pandemia

Beneficios físicos: Hay indicios de que la actividad sexual contribuye de forma integral a la calidad de vida y a la salud física general. Hace tiempo que se sabe que una mala salud puede afectar a la sexualidad. La diabetes, el dolor crónico, la depresión, las enfermedades cardíacas y el cáncer son ejemplos de afecciones que pueden afectar a la mayoría de las áreas de la función sexual.

En tiempos de pandemia, las intervenciones de gestión, que incluyen períodos prolongados de cuarentena, distanciamiento social y confinamiento en el hogar, tienen efectos omnipresentes en la vida social y económica. Lamentablemente, se presta poca información y atención al mantenimiento de la salud sexual, a pesar de su poderoso efecto en la calidad de vida general a corto y largo plazo.

Beneficios psicológicos: La OMS define la salud mental como «un estado de completo bienestar físico, mental y social» y no sólo «la ausencia de afecciones o enfermedades». En lo que respecta a los periodos de pandemia, la salud mental es una cuestión extremadamente esencial que debe tenerse en cuenta (11, 12). Según la literatura, los síntomas más prevalentes en las personas que han estado en cuarentena son el estado de ánimo deprimido, la irritabilidad, el miedo, el nerviosismo y la culpa (13, 14). La evidencia científica ha demostrado una fuerte relación entre la salud mental y la física. Las actividades cotidianas, como las prácticas sexuales, están muy relacionadas con la calidad de vida y la salud mental de una persona. Los efectos psicológicos negativos como el estado de ánimo deprimido, la irritabilidad, el miedo, el nerviosismo y la culpa durante este periodo no son sorprendentes (2, 16). Otros estudios también han demostrado una asociación positiva entre la duración de la cuarentena y el empeoramiento de la salud mental, más concretamente los síntomas de estrés postraumático, las conductas de evitación y la ira (15).

Otra condición clave es la frustración/aburrimiento del confinamiento, la pérdida de la rutina y de los contactos sociales y físicos, que parece exacerbarse cuando no es posible realizar las actividades cotidianas o participar en actividades de redes sociales.

Los efectos a largo plazo también parecen ser problemáticos. Según un estudio realizado con un grupo de individuos que estuvieron en cuarentena por posible contacto con el SRAS-CoV-2 en las semanas posteriores al periodo de cuarentena, un porcentaje significativo de individuos siguió evitando a otras personas que tosían o estornudaban, los lugares cerrados con aglomeraciones de personas y los espacios públicos. En este sentido, es fundamental reducir el aburrimiento, potenciar la comunicación y activar los contactos sociales, ya que la imposibilidad de hacerlo es causa no sólo de ansiedad inmediata, sino también de angustia a largo plazo (16).

La salud sexual es esencial para la salud global y el bienestar de las personas, las parejas y las familias. Los estudios correlacionan el sexo con una mayor satisfacción con la propia salud mental, un mayor nivel de confianza, intimidad y amor en las relaciones, una mayor capacidad para percibir, identificar y expresar emociones y un menor uso de mecanismos de defensa psicológica inmaduros (17).

Para concluir, se espera que las implicaciones psicosociales y económicas de la actual pandemia y el impacto que tienen en el ajuste colectivo, diádico e individual, tengan efectos colaterales nocivos en la salud general.

Deseo sexual y discrepancias de deseo: Las preocupaciones en torno al bajo deseo sexual son muy frecuentes en todas las poblaciones, oscilan entre el 10 y el 40% y son uno de los problemas sexuales más extendidos a los que se enfrentan los adultos (18). Sin embargo, la discrepancia en el deseo sexual (cuando los miembros de la pareja manifiestan deseos significativamente diferentes para la intimidad sexual) sigue siendo una de las razones más comunes por las que las parejas acuden a los servicios de terapia debido al impacto negativo en la relación y la satisfacción sexual.

Disfunción eréctil

La disfunción eréctil (DE) es el problema de salud sexual masculino más común, ya que afecta a entre el 13 y el 28% de los hombres de entre 40 y 80 años (19), y su prevalencia aumenta con la edad. Aunque no hay datos que exploren la relación entre la COVID-19 y el riesgo adicional de desarrollar DE, los hombres con mayor riesgo de tener complicaciones graves secundarias a la COVID-19 son también los que tradicionalmente presentan riesgo de DE: adultos mayores, diabéticos, hombres con enfermedades cardiovasculares, con sobrepeso/obesidad y con múltiples comorbilidades (20). Por lo tanto, es importante considerar el papel del estrés añadido, la ansiedad y las implicaciones para la salud física de los hombres con DE en medio de la pandemia de COVID-19.

No está claro si la COVID-19 puede aumentar el riesgo colectivo de desarrollar disfunción eréctil o exacerbar la existente en los hombres que la contraen; hay ejemplos anteriores de infecciones respiratorias virales que se complican con la fibrosis (21). Las enfermedades pulmonares crónicas, concretamente las enfermedades pulmonares intersticiales y las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC), se han asociado a la DE. En conclusión, a pesar de la falta de investigación sobre el tema, podemos esperar que la disfunción eréctil empeore durante la situación altamente estresante a la que se enfrentan los hombres durante la pandemia actual. El aplazamiento de la mayoría de los tratamientos médicos electivos y no urgentes y el hecho de dejar «en suspenso» los temas que no constituyen una amenaza directa e inmediata para la salud y la seguridad de la persona pueden tener un impacto negativo también en la salud sexual de los hombres.

En estos días, el tiempo de cuarentena afecta al estado de ánimo de todas las personas y disminuye la libido y el sexo debido al aburrimiento en casa, pero por otro lado, como la gente se queda en casa sin trabajo, necesita tener sexo con su pareja. Dado que las relaciones sexuales afectan al sistema inmunitario y refuerzan la inmunidad contra la infección por virus, no se recomienda evitar las relaciones sexuales.

Citas y actividad sexual durante la pandemia

La distancia física es necesaria para controlar la pandemia, por lo que las citas físicas han desaparecido. Es natural que el aumento de los niveles de estrés pueda reducir este impulso, pero el distanciamiento social y las circunstancias estresantes también aumentan la necesidad de establecer vínculos emocionales. Reestructuramos y concluimos aquí cuestiones importantes que hay que recordar durante la pandemia para mantener una actividad sexual segura y placentera:

La vida sexual durante la pandemia

Sin duda, una nueva era está presente, y debemos prepararnos para los diferentes escenarios pandémicos y post-pandémicos. Lo cierto es que todavía tenemos más preguntas que respuestas, y actualmente estamos en plena pandemia de COVID-19, un hecho cierto: todavía no hay datos científicos sobre cómo puede afectar a la vida sexual y relacional de las personas.

Pero podemos volver a los datos históricos para ayudarnos a plantear esos posibles escenarios. Tal vez pueda ser una ventana para recrear campañas durante los años de la epidemia del VIH, haciendo sexy el sexo seguro o podría ser una ventana abierta para crear un «pasaporte inmunológico» para el coronavirus y aprovechar para desestigmatizar las revisiones de ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual) e incluirlas en este tipo de documentos para establecer un sexo más seguro y no sólo libre de coronavirus. Por lo tanto, el efecto principal es que actualmente, nuestra sociedad, necesita incorporar el nuevo estatus sexual de COVID-19.

Pero, parece que el debate actual en la comunidad que se ocupa de la salud sexual está relacionado con si habrá un aumento de la actividad sexual y por lo tanto se creará un nuevo baby boom, o lo contrario, la aguda ansiedad que supone una crisis y la incertidumbre ante una amenaza real y global contra la vida, sumada al duelo por muchas pérdidas, puede ser un asesino erótico, y producir más depresión y menos sexo. Pero incluso en una sociedad en modo de supervivencia, la sexualidad tiene un espacio, porque es una expresión fundamental de la experiencia humana. En el panorama general, muchas personas están encerradas con actividades exteriores limitadas, quedarse en casa es una oportunidad para la intimidad física, suponiendo que se tenga una pareja sexual, por supuesto y ser más creativo en el desarrollo de herramientas para la intimidad siempre es una opción. La cuestión principal aquí es cómo mantener una intimidad segura durante y después de la pandemia, manteniendo la aventura y los sentimientos placenteros al mismo tiempo.

Sin duda, ha llegado una nueva regla y muchas formas de intimidad requieren una distancia más estrecha que los dos metros de separación recomendados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) (22). Pero nuestra cultura digital actual está bien posicionada para facilitar los modelos cambiantes de interacción sexual. Permite que la sociedad tenga la oportunidad de elegir ser más ingeniosa, lo que significa un gran momento para estar atentos a nuestra salud sexual, que tiene beneficios probados más allá del placer. Pero sabemos que la respuesta sexual de las mujeres y de los hombres tiene diferentes impulsores y diferente modelo de respuesta, uno más circular, femenino y el otro más lineal. Pero los efectos inmediatos en la vida sexual de las personas, independientemente de su estatus o género, serían tratar de mantener la seguridad por encima del placer, de averiguar cómo mantener la conexión social sin romper las pautas.

Y cómo reordenar el placer, la intimidad y las actividades sexuales con una pareja cuando los mandatos exigen evitar el contacto sexual y cuando tu pareja sexual más segura, después de ti mismo, es alguien con quien vives según el departamento de salud de Nueva York (23). Parece todo un reto. Más aún en nuestra sociedad occidental, donde la sexualidad se ha enmarcado más en un modelo de eficiencia y realización que en uno placentero, creativo e imaginativo. Vivimos en una sociedad en la que existe una creencia común, una expectativa cultural e interpersonal de que el sexo debe ser siempre «increíble» y con un rendimiento «perfecto». Cuando no es así, lo consideramos inapropiado y lo entendemos como un síntoma de «falta de amor o afecto» o incluso como un defecto en la relación (24). Así pues, potenciar la no interacción física podría dar lugar a una nueva forma de comportamiento sexual, motivadores y desencadenantes del buen funcionamiento o también de la disfunción. Tal vez esta nueva normalidad podría cambiar los modelos de interacción sexual y tendremos la necesidad de investigar sobre esta nueva intimidad y comportamiento sexual para ambos géneros e independientemente de su estado de relación.

Por el momento, la gente tiene que ser consciente, de que algunos pueden tener el virus y aún no tener síntomas durante la fase de incubación temprana (22) y podría ser un problema para quienes están solteros y en la búsqueda activa de una pareja, durante la pandemia evitar el contacto físico es lo que corresponde y entonces será necesario tomar medidas de acuerdo a los nuevos hallazgos. Además, algunas personas nunca desarrollan síntomas evidentes. Para este grupo, la masturbación, el sexo telefónico con una pareja que no vive con ellos y los dispositivos íntimos (utilizados sólo por la persona titular) podrían aumentar la auto

-El erotismo y llevar a hombres y mujeres a nuevas formas de autoexploración si el interés y el deseo sexual permiten esas actividades.

Y para aquellos que tienen parejas sexuales y no han sido expuestos a COVID-19 y están sanos, practican el distanciamiento social y no han tenido exposición conocida a nadie con COVID-19, el contacto sexual, los besos y las caricias son más probables que sean seguros, ya que compartir el mismo espacio o la cama no debería ser un problema.

El papel de los miedos, la ansiedad y los comportamientos obsesivos en la disfunción sexual en tiempo de cuarentena

La necesidad de sentirse seguro y aventurero al mismo tiempo durante la cuarentena puede ser complicada, de hecho es uno de los retos para las parejas con relaciones duraderas mantener vivo el interés y el deseo sexual en condiciones regulares de «no cuarentena». Estamos sumergidos en una cultura antierótica fruto de la obsesión y optimización por la eficacia y el perfeccionismo del rendimiento sexual y esto explica gran parte del bajo cumplimiento de las expectativas en torno a la sexualidad (26). Además, hay que tener en cuenta, no sólo el miedo y la incertidumbre existente en torno a cómo mantener una actividad sexual placentera y segura en la cuarentena, sino también la incertidumbre sobre los datos definitivos en cuanto a la fertilidad, la transmisión vertical y la transmisión sexual del COVID-19.

El miedo, la culpa y la ansiedad forman parte de las emociones limitantes para una respuesta sexual fluida y placentera y explican la aparición de algunas de las disfunciones sexuales psicógenas masculinas y femeninas. Especialmente la conocida ansiedad de rendimiento.

Y lo que esperamos es encontrar una variabilidad en las manifestaciones sexuales frente al caos y que incluso sean dinámicas y cambiantes según la transición de la situación, desde la fase aguda de la pandemia hasta la reordenación de nuestra vida viviendo con COVID-19. Así, para aquellos hombres y mujeres con mayores niveles de inhibición sexual y menores niveles de excitación sexual se encontrarán más vulnerables a la alteración de la respuesta sexual durante este tiempo (26, 27).

Tal vez sea demasiado pronto para pronosticar un incremento de la disfunción sexual o una mejora de la función sexual debido al miedo o la ansiedad, porque la sexualidad humana es, por tanto, un fenómeno complejo con muchos factores que contribuyen, desde los psicológicos hasta los sociales y los biológicos, y hay tantas sexualidades como seres humanos.

Actividad sexual durante la crisis de COVID – una encuesta en curso

Debido a la escasa información disponible en la actualidad sobre la actividad sexual durante la pandemia COVID-19, García Cruz y Peraza han creado una encuesta en inglés y en versión española con el objetivo de explorar el comportamiento sexual durante la pandemia COVID-19 en términos de relaciones sexuales, masturbación y sexting; se realizó de marzo a abril de 2020 y se distribuyó a través de los medios sociales (Twitter, LinkedIn y Facebook). Se obtuvieron un total de 279 (100%) respuestas con un 58% de mujeres, 40% de hombres, 1 hombre transexual, 1 mujer transexual y 3 personas que se etiquetaron como «otros».

Relaciones sexuales

Los resultados preliminares de García-Cruz y Peraza mostraron que las relaciones sexuales no se vieron afectadas (menos frecuentes en el 31%, igual de frecuentes en el 41% y más frecuentes en el 14%, sin pareja en el 15% en el informe de la población de habla inglesa; cuando se comparó la población de habla española: menos frecuentes en el 23%, igual de frecuentes en el 39% y más frecuentes en el 7%, sin pareja en el 30%). Sorprendentemente, un 3,2% frente a un 9,7% en la población española e inglesa, respectivamente, tuvieron relaciones sexuales con personas diferentes a su pareja durante la cuarentena.

Masturbación

La encuesta de García-Cruz y Peraza también abordó este tema, encontrando que sólo el 10% de los encuestados consideraba que practicaba más la masturbación durante el encierro. En este tema concreto, nuestra encuesta señaló que el 16% de los encuestados utilizaba los chats y las redes sociales para el sexting y otro 5,5% las apps de citas.

La cantidad de tiempo libre, la teórica falta de intimidad con otras personas y el estrés generado por la situación podrían haber provocado un aumento de la masturbación. Además, como se ha comentado anteriormente, se ha producido un aumento significativo del consumo de porno. La falta de intimidad y la preocupación general por la situación global pueden ofrecerse como explicación de este hallazgo.

Sexting

Los resultados de la encuesta mostraron que sea comunicación sexual a través de estrategias digitales sería una buena alternativa para mantener un cierto nivel de actividad sexual.

Aunque se nos ha aconsejado limitar la interacción social, es difícil creer que las parejas sexualmente activas hayan encajado plenamente la petición de limitación absoluta de la intimidad. Por otra parte, el cierre del sistema educativo ha provocado una falta de intimidad que, junto con la preocupación general y los pensamientos negativos sobre la situación presente y futura, podría conducir a una disminución del impulso y la actividad sexual.

AUMENTO DE LA PORNOGRAFÍA

Uno de los pocos sectores que se ha visto beneficiado por la pandemia de coronavirus ha sido el de las páginas web de pornografía que han experimentado un crecimiento meteórico. El estado de alarma ha obligado a la población a quedarse en casa, cambiando radicalmente las relaciones interpersonales y de pareja; el trabajo en casa, el distanciamiento social, la presencia continuada de niños en el hogar, el miedo al contagio y el no poder reunirse físicamente con otras personas han cambiado los hábitos sexuales de la mayoría.

El consumo de pornografía refleja esta nueva situación, tal y como reflejan las estadísticas de Pornhub (28), uno de los principales portales de pornografía a nivel mundial, que ha publicado datos sobre este sustancial aumento de las visitas a su web. Durante este periodo, esta web ofreció acceso gratuito a su versión premium a todo el mundo para fomentar la importancia de quedarse en casa y practicar el distanciamiento social. Pornhub se fundó en 2007 y tiene más de 120 millones de visitantes al día con una media de 100.000 millones de visualizaciones de vídeos al año. El sitio web recibe 36.000 millones de visitas al año.

Tráfico mundial hacia Pornhub

El tráfico mundial de Pornhub se disparó en comparación con la situación anterior a la pandemia en febrero de 2020, con una elevación que alcanzó su pico de aumento del 24,4% ocurrido el 25 de marzo después de que ofreciera su sitio premium gratuito para animar a la gente a permanecer en casa y distanciarse socialmente.

Cambios semanales en el tráfico

Italia fue el primer país europeo en cerrar sus fronteras y puso en marcha una cuarentena en todo el país. El siguiente gráfico muestra cómo ha cambiado el tráfico de Italia en las últimas semanas. El drástico aumento del 57% en el 12 de marzo de 2020 se produjo después de que Pornhub ofreciera el servicio Premium gratuito a toda Italia. La misma oferta de Pornhub Premium gratuito se hizo a partir del 16 de marzo a los países de España y Francia.

El tráfico procedente de España aumentó un 61,3% (28).

Cambios de tráfico por hora

El tráfico del 17 de marzo aumentó en todo el mundo, pero podemos ver fácilmente a qué horas se produjeron los cambios más significativos en comparación con un día normal. El mayor aumento, del 31,5%, se produjo a primera hora de la mañana, en torno a las 3:00 horas. Podemos suponer que la gente se quedó despierta hasta más tarde porque no tenía que ir a trabajar por la mañana y durmió un poco más. El tráfico a la 1 de la tarde fue un 26,4% mayor de lo normal, cuando la gente podría estar trabajando (Tabla 1).

Como la mayor parte del país tuvo que permanecer en el interior, se observaron importantes cambios en el tráfico horario de Italia. El 11 de marzo, el tráfico a las 2 de la madrugada fue un 47% superior al normal y se mantuvo un 25% por encima de la media incluso a las 5 de la madrugada. El tráfico nocturno a las 21:00 horas era un 12% superior al de las 21:00 horas de un día normal.

El tráfico procedente de España fue un 6,1% superior al normal el 12 de marzo. Después de la medianoche, el tráfico aumentó hasta un 10,1% a las 3 de la madrugada. El tráfico a primera hora de la mañana fue muy inferior a la media, seguido de un ligero aumento por la tarde y un incremento del 6,5% a las 19.00 horas (27)

 

DIVORCIOS

Habrá que estudiar en el futuro cómo puede afectar la situación de la pandemia a las relaciones de pareja. La pandemia está cambiando radicalmente las relaciones de pareja y sexuales: el confinamiento, la dificultad para mantener relaciones sexuales, la pérdida de trabajo, los problemas económicos y un futuro incierto pueden actuar como desencadenantes de la ruptura de muchas parejas. Muchas bodas se han pospuesto, y si ya existían problemas de relación previos, la situación de confinamiento puede acelerar este proceso. En China, donde el coronavirus ha obligado a millones de personas a aislarse, el número de solicitudes de divorcio se ha disparado en los últimos meses en las provincias más afectadas, según los periódicos locales de estas provincias. En la población general de Hong Kong, en 2004, las solicitudes de divorcio superaron en un 21% los niveles de 2002. El impacto psicológico y económico de esta pandemia durará meses tras la vuelta a la normalidad.

CONCLUSIONES

Lo cierto es que todavía tenemos más preguntas que respuestas.  En los próximos meses y años podremos evaluar estos efectos con más detalle, pero estamos seguros de que el COVID-19 tendrá un impacto negativo no sólo en la afectividad sino también en las relaciones sexuales. El impacto del coronavirus será muy importante en la vida sexual de las personas y asistiremos en los próximos meses o años, a algunos cambios en las relaciones a todos los niveles.

Deben investigarse los factores psicológicos, sociales y biológicos en relación con el aumento de la disfunción sexual debido al miedo o la ansiedad, ya que la sexualidad humana es un fenómeno complejo con muchos factores que contribuyen a ella.

Las recomendaciones generales que se pueden hacer son que iniciar una nueva relación es muy arriesgado porque quizás uno de ellos esté infectado y tener relaciones sexuales no monógamas también es arriesgado. La única forma segura es tener sexo con el primario o monógamo, si uno de ellos no sale fuera o tiene un trabajo de riesgo.

Por otro lado, el consumo de pornografía refleja esta nueva situación con datos que muestran un aumento sustancial de las visitas a esas páginas web. La pandemia está cambiando radicalmente las relaciones de pareja: el encierro, la dificultad para mantener relaciones sexuales, la pérdida de trabajo, los problemas económicos y un futuro incierto pueden actuar como desencadenantes de la ruptura de muchos matrimonios. El impacto psicológico y económico de esta pandemia durará meses después de la vuelta a la normalidad.

Dr. François Peinado Ibarra
Cirujano-Urólogo & Andrólogo

Hospital Quirón Ruber 39. Madrid
Centro de excelencia en la cirugía reconstructiva y plástica del pene

www.doctorpeinado.com
doctorpeinado@gmail.com

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