Tratamientos Médicos de la Peyronie o Incurvación del Pene

Existen múltiples tratamientos médicos orales para esta enfermedad; sin embargo, la mayoría han demostrado no tener ninguna eficacia o unos resultados pobres (vitamina E, Potaba, tamoxifeno, colchicina, pentoxifilina, esteroides, verapamilo, interferon) como lo exponen las guías clínicas de la EAU y AUA a través de sus niveles de recomendación.

La vitamina E (tocoferol, un compuesto liposoluble que actúa como antioxidante reduciendo el número de radicales libres de oxígeno) se ha utilizado ampliamente en la enfermedad de La Peyronie. Sin embargo, los estudios disponibles no han conseguido demostrar su eficacia en la mejoría de la curvatura peneana ni en la reducción de la placa fibrótica.

El Potaba® o potasio para-amino benzoato también se ha usado en el tratamiento de la enfermedad de La Peyronie. Este compuesto tiene un efecto antifibrótico. El tratamiento con este producto por vía oral parece que puede disminuir el dolor y el tamaño de la placa así como estabilizar la curvatura. Entre los efectos secundarios de este tratamiento se encuentran náuseas, anorexia, prurito, ansiedad, sudoración, confusión y dificultad para la concentración.

El tamoxifeno es un antagonista del receptor de estrógenos que modula la secreción del factor de crecimiento transformante β1 (TGF-β1) por parte de los fibroblastos. Los estudios con este fármaco muestran resultados no concluyentes sobre la curvatura, el dolor o la extensión de la placa.

El tratamiento con colchicina se ha ensayado en la enfermedad de La Peyronie por su efecto antinflamatorio. No pueden realizarse recomendaciones sobre el uso de este fármaco, ya que los diferentes estudios que han evaluado su eficacia son no controlados. Los efectos secundarios más frecuentes son gastrointestinales, como náuseas, vómitos o diarrea.

La carnitina también se ha utilizado en la enfermedad de La Peyronie, ya que puede disminuir la producción de colágeno y, por tanto, la fibrosis.

La pentoxifilina es un inhibidor no específico de la fosfodiesterasa que modula el factor de crecimiento transformante β1 ( TGF-β1) aumentando la actividad fibrinolítica, por lo que también se ha usado en la enfermedad de La Peyronie.

Los tratamientos tópicos e intralesionales siguen teniendo resultados dispares con bajos grados de recomendación y bajos niveles de evidencia. La administración intralesional de fármacos consiste en administrar directamente dentro de la placa fibrótica el producto, lo que consigue mayores concentraciones del fármaco en dicha placa. La utilización de esteroides se basa en su disminución de la respuesta inflamatoria a través de la respuesta inmune y la disminución de la síntesis de colágeno. El verapamilo es un antagonista de los canales de calcio que puede disminuir el volumen de la placa y la curvatura de pene. En el 4% de los pacientes pueden ocurrir efectos secundarios leves que incluyen náuseas, dolor en el pene y equimosis.

Los extensores de pene pueden ofrecer una mejoría pero, en mi opinión, tienen en contra la dificultad de uso; no son aparatos bien diseñados y amigables. Deberían usarse al menos 6 horas al día y deben ejercer su efecto mecánico de tracción en la zona de la curvatura o en la placa. La dificultad de llevarlos debajo del pantalón hace que muchos pacientes dejen de usarlos.

Las ondas de choque solo han demostrado mejoría en la fase dolorosa de la enfermedad pero no existe ninguna evidencia en la mejoría de la curvatura ya establecida. El mecanismo de acción de las ondas de choque extracorpóreas en la enfermedad de La Peyronie es aún desconocido, aunque existen hipótesis sobre el aumento de vascularización y sobre el daño y remodelamiento de la placa. Este tratamiento puede mejorar el dolor, pero no la curvatura ni la extensión de la placa.

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