Disfunción Eréctil y Prostatectomía Radical

La cirugía radical de próstata puede generar en el pene una fibrosis de los cuerpos cavernosos, disminuir la longitud del pene o también producir fuga venosa; todos estos factores conducen a la típica disfunción eréctil tras esta cirugía.

Incluso tras la conservación durante la cirugía de las bandeletas nerviosas del pene (los nervios que inervan el pene y pasan a ambos lados de la próstata), la posibilidad de tener severos problemas de erección es muy alta y varía entre un 30 y un 80% de los casos.

El tipo de técnica quirúrgica también influye en la preservación de la erección siendo la prostatectomía radical robótica la que ofrece los mejores resultados; la utilización del robot Da Vinci permite una mejor disección de los haces neurovasculares.

La preservación de los haces neurovasculares del pene que pasan bordeando la próstata es una técnica segura en la mayoría de los casos de prostatectomía radical (Asociación Europea de Urología) pero no está indicada cuando existe una alta probabilidad de extensión del cáncer de próstata por fuera de la próstata o en los grados de Gleason por encima de 8.

A pesar de ello, la disfunción eréctil puede deberse a muchos factores como son el daño por la coagulación de los vasos sanguíneos, el estiramiento y la manipulación durante la cirugía de los haces neurovasculares que se dirigen al pene.

El pene tras esta cirugía puede tardar mucho tiempo, incluso años, en recuperar algo de su función sexual. Esta tasa de recuperación depende en gran parte de la edad del paciente; los pacientes menores de 60 años tienen una probabilidad de recuperación peneana alrededor del 70% pero en los pacientes mayores de 65 años, baja al 30%.

Otro factor determinante es la capacidad eréctil antes de la cirugía por lo que, a mejor erección, mayor probabilidad de una mejor recuperación postquirúrgica.

 

Rehabilitación peneana tras prostatectomía radical.

 

Considero que es fundamental establecer una estrategia de recuperación de la función eréctil después de la cirugía e incluso antes en la mayoría de los casos. Muchos pacientes creen que no es el momento adecuado dada su gran preocupación tras el diagnóstico del cáncer de próstata pero la rehabilitación peneana ayudará con el tiempo a recuperar en la medida de lo posible una mejor erección.

En el proceso de rehabilitación peneana, utilizamos medicamentos para potenciar la erección y además evitar todos los efectos secundarios de la cirugía sobre el pene. La utilización temprana, a las pocas semanas tras la cirugía, de fármacos como sildenafilo o tadalafilo ayuda a proteger los tejidos cavernosos del pene y evitan de alguna manera las alteraciones del músculo liso de los cuerpos cavernosos tras esta cirugía como la fibrosis cavernosa.

También la utilización de bombas de vacío y un adecuado entrenamiento favorecen la recuperación de la función eréctil.

Como hemos comentado en secciones anteriores, si el paciente padece otros factores de riesgo como pueden ser la hipertensión arterial, niveles de colesterol altos, alteraciones de los lípidos en la sangre, ser fumador u obeso, influyen negativamente en la capacidad de erección postquirúrgica independientemente de la teórica conservación de los nervios erectores.

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