En un artículo publicado en elpais.com me pidieron mi opinión sobre la utilización de la bomba de vacío en el tratamiento de la disfunción eréctil.

 

A continuación, resumo los puntos principales discutidos en la página web:

 

– Se discute la historia y el uso responsable de la bomba de vacío para el pene, también conocida como bomba para el pene.

– Se destaca la popularidad de la bomba de pene en España durante la década de 1990, y se vendió como una solución para los problemas sexuales masculinos.

– Se explica el funcionamiento de la bomba de pene, indicando que consiste en un cilindro de plástico o vidrio que se coloca sobre el pene. Al bombear aire hacia fuera del cilindro, la presión interior disminuye, lo que hace que la sangre fluya hacia el pene y genere una erección.

– Se menciona el rango de precios de los extractores de pene, con precios que oscilan entre 15 y 250 € en varios sitios web de productos de salud sexual.

– Se analiza brevemente la representación de la intimidad sexual en los medios populares, haciendo hincapié en la importancia de reconocer que los encuentros sexuales implican algo más que una simple penetración o una erección. El término «disfunción eréctil» se menciona como potencialmente problemático por la forma en que puede contribuir a la visión de las experiencias sexuales.

 

El Dr. François Peinado, cirujano urólogo especialista en medicina sexual, añade un dato importante y menos amable que el que ofrece la ficción. “Los dispositivos de vacío producen una erección con sangre venosa, por lo que pueden producir un pene frío o incluso de un color más azulado. El anillo se debe retirar máximo a los 30 minutos de su colocación, porque la sangre que hay dentro del pene es venosa, con bajos niveles de oxígeno. No se deben utilizar anillos de metal o muy duros porque en algunas ocasiones, el paciente ha debido acudir a urgencias para poder retirarlos”, señala.