Impacto del COVID en la función sexual de los hombres

Se han realizado varios estudios que investigan la relación entre COVID-19 y la disfunción eréctil. Se ha propuesto que los efectos de esta infección en el sistema cardiovascular (es decir, lesión cardíaca aguda, miocarditis) y en el sistema nervioso central conducen a una disminución del suministro de sangre a los genitales, lo que puede provocar disfunción eréctil. La integridad vascular también es necesaria para la función eréctil y es probable que la disfunción endotelial asociada a la COVID-19 afecte al frágil lecho vascular del pene, lo que provoca un deterioro de la función eréctil.

La fibrosis pulmonar asociada a la afectación pulmonar afecta a los mecanismos pulmonares fisiológicos, reduciendo el intercambio gaseoso pulmonar y, por tanto, afectando a la saturación de oxígeno. La hipoxia (disminución de oxígeno) afecta a la función eréctil, ya que el oxígeno es uno de los sustratos necesarios para la síntesis de óxido nítrico que es uno de los principales mediadores para la erección. En un estudio se examinaron las características histopatológicas del tejido del pene de pacientes que se habían recuperado de una infección sintomática por COVID-19 y que posteriormente desarrollaron una disfunción eréctil grave y se sometieron a una intervención quirúrgica de prótesis de pene. Descubrieron que las partículas virales extracelulares del SARS-CoV2 se encontraban cerca de las células endoteliales vasculares del pene y que había una disminución de la expresión del óxido nítrico en el cuerpo cavernoso. Este estudio está limitado por el hecho de que el tamaño de la muestra era muy pequeño y no había una cuantificación objetiva de la disfunción eréctil antes y después de la infección por SARS-CoV-2.

La libido (deseo sexual) puede verse afectada por factores bioquímicos, anatómicos y psicosociales. Algunos factores de estrés, como el aislamiento doméstico, la falta de movimiento y de contacto social, la pérdida de puestos de trabajo y los problemas económicos, los cuellos de botella en los suministros, la limitación de la atención sanitaria y psicosocial, y el miedo y la confrontación con la infección y la muerte, caracterizan la vida en todo el mundo durante la pandemia y todos estos factores tienen un efecto sobre la libido y la sexualidad. La actividad sexual está estrechamente relacionada con la salud mental y psicológica, por lo que no es de extrañar que el deseo y la frecuencia sexual hayan disminuido en ambos sexos. Al principio de la pandemia, se informó en un estudio de China que la frecuencia sexual había disminuido en el 37% de los encuestados, y el 44% informó de una disminución en el número de parejas sexuales. Curiosamente, un estudio de Bangladesh, India y Nepal sugirió un cambio mínimo en la actividad sexual y quizás incluso un aumento de la frecuencia en un pequeño subconjunto.

Algunos han propuesto que, con las restricciones de contención y el aislamiento social, se han reducido las oportunidades de encuentros sexuales casuales, pero ha aumentado la frecuencia de las relaciones sexuales entre las parejas con relaciones sexuales estables. En un estudio de 967 jóvenes chinos, debido a la pandemia de COVID-19 y a las medidas de contención relacionadas, el 22% de los participantes informó de una disminución del deseo sexual; el 41% experimentó una disminución de la frecuencia de las relaciones sexuales; el 30% informó de un aumento de la frecuencia de la masturbación; el 20% informó de una disminución del consumo de alcohol antes o durante las actividades sexuales, y el 31% informó de un deterioro de las relaciones de pareja durante la pandemia. Un estudio realizado en Italia con 1.576 participantes demostró que había un descenso significativo en las puntuaciones medias de bienestar durante la cuarentena en comparación con las anteriores, y había una correlación positiva entre las puntuaciones de bienestar y el número de relaciones sexuales. El número medio de relaciones sexuales disminuyó significativamente durante la cuarentena y las razones principales fueron la falta de privacidad y de estímulos psicológicos. Casi tres cuartas partes de los participantes no informaron de la reducción del deseo sexual y se encontró una asociación positiva entre el deseo sexual y las relaciones sexuales durante la cuarentena, pero también se encontró que los hombres presentaban un menor deseo sexual durante la cuarentena que las mujeres.

El miedo a la transmisión del COVID-19 también ha tenido un efecto en el comportamiento sexual de los hombres, como se observa en un estudio de 536 hombres en Turquía, en el que el 23,9% de los encuestados declararon tener miedo a transmitir el COVID-19 a su pareja durante las relaciones sexuales. Mientras que el número de relaciones sexuales semanales de los participantes antes de la pandemia era de 2,34 ± 1,35, éste disminuyó a 1,54 ± 1,45 durante el periodo de la pandemia.

Por último, el confinamiento como resultado de los cierres o la propia enfermedad pueden ser fuentes de estrés, y este sufrimiento psicológico puede exacerbar la disfunción eréctil subclínica preexistente.

Dr. François Peinado Ibarra
Cirujano-Urólogo & Andrólogo

Hospital Quirón Ruber 39. Madrid
Centro de excelencia en la cirugía reconstructiva y plástica del pene

www.doctorpeinado.com
doctorpeinado@gmail.com

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