COMPLICACIONES
La vasectomía presenta un bajo porcentaje de complicaciones que no superan el 1% en el cómputo general, así como una mortalidad del 0,1×100.000, no obstante, es necesario conocerlas.
Las complicaciones se pueden dividir en las ocurridas durante la realización de la técnica y las sucedidas a corto y a largo plazo.
Las complicaciones que pueden suceder durante la intervención son la reacción alérgica a los anestésicos locales y las reacciones vagales.
Respecto a las complicaciones a corto plazo se encuentran la formación de un hidrocele secundario (acumulación de líquido en el escroto), el hematoma en la zona de incisión o en la región inguino-escrotal y la infección. El hematoma presenta una incidencia media máxima de un 2% con una variabilidad en los estudios que abarca un 0,3-17%. El hematoma es un factor de riesgo importante en relación con la infección.
Dentro de las complicaciones a medio-largo plazo cabe destacar el dolor postvasectomía como la más frecuente (aparece en un 10% de los pacientes vasectomizados). Se localiza en la región escrotal y puede presentarse de manera continua o con más frecuencia ser intermitente. Dicho dolor también suele aumentar en intensidad durante la eyaculación.
Diversas teorías intentan explicar su origen. Puede ser atribuido al aumento de la presión del líquido seminal, a las contracciones involuntarias de la musculatura deferencial debido a una actividad neurológica aberrante tras la sección de filetes nerviosos junto con el conducto deferencial, a la respuesta inflamatoria mediada por los anticuerpos o a la suma de las tres. A pesar de que la etiología infecciosa ha sido descartada, la primera línea de tratamiento junto con los antiinflamatorios siguen siendo los antibióticos.
Cuando fracasa el tratamiento médico se recurre a la cirugía: resección del granuloma existente, epididimectomía, denervación de los deferentes, vasovasostomía mediante microcirugía o incluso la orquidectomía. Cabe diferenciar este tipo de dolor del que aparece de manera continua en la región inguino-escrotal en el paciente que presenta como antecedentes cirugía realizada en dicha zona (correción de hernia inguinal), que es secundario a la neuralgia del nervio génito-femoral.
Tampoco está aumentado el riesgo de padecer cáncer de próstata o testículo como han aparecido a veces en algunos medios.