Eyaculación Precoz

La eyaculación precoz es una falta de control sobre el reflejo eyaculatorio; por tanto, es un trastorno de la fase del orgasmo durante la relación sexual. La gran mayoría de los hombres pueden experimentar una eyaculación precoz en algún punto de su vida sexual. Es el problema sexual más frecuente en hombres, afectando a entre el 25 y el 40% de ellos. En los casos más graves, el hombre eyacula antes de la penetración de su pareja o segundos después de hacerlo.

La mayoría de los especialistas definen a la eyaculación precoz como la falta de control eyaculatorio que interfiere con el bienestar sexual y emocional de uno o ambos amantes.

Los urólogos y terapeutas sexuales encuentran que la eyaculación precoz causa frecuentes problemas emocionales, tanto para el paciente como para su pareja, adicional a la conclusión repentina del acto sexual.

 

Se cree que el neurotransmisor serotonina (5HT) tiene un papel central en modular la eyaculación. Se cree, por tanto, que los niveles bajos de serotonina podrían causar una eyaculación precoz. Desde hace cierto tiempo, los científicos han sospechado una participación genética en algunas formas de eyaculación prematura. En un estudio, el 91% de los hombres estudiados y que padecían de eyaculación precoz durante toda su vida, tenían un familiar directo con el mismo trastorno de toda la vida.

Otros investigadores han notado que aquellos con eyaculación precoz tienen una respuesta neurológica más rápida en los músculos pélvicos. Los sexólogos sugieren ejercicios sencillos relacionados con esa musculatura, que parecen mejorar significativamente el control eyaculador en hombres con estos factores neurológicos. A menudo, estos hombres pueden beneficiarse con medicamentos antidepresivos, como paroxetina o sertralina -fármacos inhibidores de la recaptación de la serotonina-, debido a que tienden a mejorar los tiempos de eyaculación. Algunos hombres se aplican cremas anestésicas, aunque por lo general no son recomendadas por los terapeutas.

La eyaculación precoz primaria se refiere a aquella que ha existido siempre, es decir, el individuo nunca ha controlado la eyaculación. La eyaculación precoz secundaria ocurre cuando se instaura en un momento determinado después de iniciarse la vida sexual del individuo.

A menudo, los adolescentes experimentan episodios de eyaculación precoz durante sus primeras relaciones sexuales, pero con el tiempo aprenden a mejorar el control eyaculatorio. Debido a que hay una gran variabilidad entre el tiempo que le toma a un hombre eyacular y el tiempo en que ambos amantes deseen que dure su relación sexual, los investigadores han comenzado a formular una definición cuantitativa de la eyaculación precoz. La evidencia hasta ahora demuestra que hay un Tiempo Latente de Eyaculación Intravaginal (IELT, por sus siglas en inglés) promedio de seis minutos y medio en hombre de 18-30 años de edad en una relación sexual con un amante femenino.

 

Causas de la Eyaculación Precoz.

 

En una relación sexual normal, la excitación en el hombre aumenta progresivamente hasta la fase llamada “meseta”, disfrutando de su placer sexual hasta el momento que de forma voluntaria llega al clímax. El eyaculador precoz no puede permanecer en la fase de “meseta”, sino que existe una excitación rápida y una eyaculación involuntaria y temprana. En muchos casos, la eyaculación precoz es un signo de una afección psicológica (ansiedad, nerviosismo, etc.) o emocional (culpabilidad, angustia, etc.) y en pocos casos es debido a un trastorno anatómico o fisiológico.

Causas orgánicas de la Eyaculación Precoz.

La eyaculación precoz puede ser consecuencia de infecciones urogenitales de la uretra posterior y de la próstata, así como de alteraciones de tipo neurológico, trastornos degenerativos, alteraciones vasculares, fármacos (antidepresivos, antihipertensivos, estimulantes y antigripales -que contienen pseudoefedrina), desequilibrios hormonales y todas aquellas enfermedades que alteran los mecanismos reflejos de la eyaculación. Las afecciones psiquiátricas, como el trastorno bipolar y el trastorno por estrés postraumático, pueden causar también disfunción sexual. En estos casos, la mejor recomendación ha sido el conversar abiertamente con el profesional de salud de preferencia.

Factores psicológicos y ambientales de la Eyaculación Precoz.

Ciertos factores no físicos comúnmente contribuyen a un eyaculación precoz. Aun cuando los hombres ocasionalmente subestiman la relación que existe entre su bienestar emocional y un acto sexual satisfactorio, la eyaculación precoz puede ser causada, temporalmente, por depresión, estrés relacionado con asuntos económicos, expectativas poco realistas sobre su capacidad sexual, una historia clínica de represión sexual o una falta generalizada de autoconfianza.

Las dinámicas interpersonales y de grupos contribuyen a mejoras en la función sexual, de modo que la eyaculación precoz puede ser causada por una falta de comunicación entre las parejas y sus círculos sociales, por heridas emocionales o por conflictos no resueltos que interfieran con la habilidad de lograr una intimidad emocional. La eyaculación prematura neurológica puede conllevar asimismo a otras formas de disfunción sexual, o bien intensificar el problema subyacente, especialmente al crear ansiedad y zozobra relacionada con su rendimiento sexual. En otro contexto menos patológico, la eyaculación precoz puede deberse simplemente a un estado de extremo deseo y excitación sexual.

 

Tratamiento de la Eyaculación Precoz.

 

Dependiendo de su severidad, la eyaculación precoz puede ser reducida considerablemente. Los tratamientos para los casos más leves se enfocan en entrenar gradualmente al paciente, mejorando su condicionamiento mental al sexo y el control de su estímulo erótico. En casos clínicos, se han presentado fármacos que retardan o eliminan la disfunción sexual.

Medicamentos

En el momento actual, hay un fármaco específico para el tratamiento de esta patología y con resultados muy satisfactorios.

Modificación conductual

Muchos de los temores sexuales pueden ser solventados en pareja, afirman los expertos.

La orientación y educación sexual es el primer paso para tratar la eyaculación precoz y tiende a ser multidisciplinario. La mayoría de los sexólogos prescriben una serie de ejercicios que permiten que el paciente recobre el control eyaculatorio.

Aunque la intención de los ejercicios es para pacientes con eyaculación precoz, otros hombres pueden servirse de los ejercicios con el fin de intensificar sus vidas sexuales. Uno de los ejercicios más comunes es el llamado Parar y Continuar, documentado por Semans en 1956.

La técnica tiene sus variedades, aunque el propósito es el mismo: hacer que el hombre se acostumbre a mantener una erección por un extendido período, a medida que se incremente gradualmente su tolerancia sexual. Un 95% de los sujetos expuestos a estos ejercicios logran aprender a controlar la eyaculación entre 5 y 10 minutos. Al hacer estos ejercicios, el hombre logra una erección por su propia estimulación o masturbación. Una vez conseguida la erección, se detiene la estimulación hasta que pierde la erección de su pene. En ese punto, reanuda la estimulación erógena para lograr erecciones simultáneas. Gradualmente, por un período de varias semanas, logra estimularse por períodos más extensos, eventualmente ganando autocontrol eyaculatorio.

Para que la técnica tenga éxito, el sujeto debe evitar desanimarse si, en el proceso, eyacula con mucha rapidez. En lugar de ello se recomienda que use su respuesta sexual humana para aprender cómo variar su técnica de manera que consiga el mejor y más sostenido beneficio.

Otra variante, por ejemplo, es el de estimular el cuerpo hasta el frenillo del pene, y con el tiempo, seguir explorando el glande a medida que logre mejorar el control. Otras variantes se enfocan en fortalecer al músculo Pubocoxígeo, encontrado en ambos géneros.

La pareja del paciente suele integrarse en estos ejercicios. Pueden estimular al paciente usando la técnica de Parar y Continuar. Cuando el sujeto haya logrado cierto nivel de control eyaculatorio, la pareja puede entonces ser penetrada, inicialmente sin la ritmicidad penetrante, hasta el punto de que estén listos ambos amantes para la eyaculación. Una vez que el pene del paciente consiga acostumbrarse a estar dentro de su pareja, puede añadir ritmos y variantes, de acuerdo a sus habilidades, usando igualmente la técnica de Parar y Continuar. En casos menos severos, el hombre logra sobreponerse al trastorno de manera rápida, haciendo innecesarios los ejercicios con su pareja.

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