La Enfermedad de Peyronie: Evaluación y tratamiento contemporáneo (Parte 1)

  • Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:Peyronie
François de La Peyronie

En mi blog he inaugurado un monográfico para poner al día las novedades más significativas de esta enfermedad que se diagnostica cada vez en la consulta de urología.

La enfermedad de Peyronie (EP) es una enfermedad común pero poco comprendida que se caracteriza por dolor de pene, curvatura de este durante la erección, disfunción sexual y molestias psicológicas. La enfermedad de Peyronie representa un desorden en la curación de los microtraumatismos del pene, y se cree que es consecuencia de cicatrices en respuesta al trauma del pene durante las relaciones sexuales en hombres genéticamente predispuestos. En ausencia de un tratamiento activo, la mayoría de los hombres experimentan síntomas que empeoran con el paso del tiempo, y solo son los casos excepcionales que informan de una resolución espontánea de la curvatura del pene u otra deformidad. En cambio, el dolor del pene mejora o se resuelve en la mayoría de los hombres.

Las opciones de tratamiento varían según la gravedad y la estabilidad de los síntomas. Se suelen prescribir varias terapias orales, aunque hasta la fecha no hay datos sólidos que respalden la utilización de ningún agente oral como monoterapia para la enfermedad de Peyronie. Otras opciones, como la terapia de tracción del pene y las inyecciones intralesionales dentro de la placa, dan lugar a modestas mejoras para muchos pacientes, especialmente cuando se usa al principio de la aparición de los síntomas. La corrección de la curvatura del pene a través de cirugías como la son la plicatura del pene o la incisión de la placa o la escisión parcial y el injerto, representan el enfoque más rápido y fiable para corregir la incruvación peneana una vez que los síntomas se han estabilizado. Los efectos secundarios varían según el tipo de cirugía realizada e incluyen el acortamiento del pene (dependiendo de la técnica quirúrgica utilizada), los cambios de sensibilidad y la disfunción eréctil en una minoría de hombres. En pacientes con disfunción eréctil refractaria a los tratamientos medicamentosos y enfermedad de Peyronie, la colocación de una prótesis de pene abordará ambos problemas, y se asocia con altos niveles de satisfacción del paciente.

INTRODUCCIÓN

La Enfermedad de La Peyronie o curvatura de pene en erección es un trastorno de la cicatrización consecuencia de los microtraumatismos producidos en el pene durante la actividad sexual caracterizado por dolor, curvatura y disfunción sexual del pene. François Gigot de la Peyronie describió por primera vez el tratamiento de la «induratio penis plastica» en 1743.

Sin embargo, la afección que hoy se conoce como EP se describió ya en el siglo XIII. La EP representa una curación anormal en respuesta a un traumatismo en la túnica albugínea del pene. A pesar de ello, sólo entre el 20 y el 30% de los pacientes recuerdan un traumatismo anterior, como un doblamiento del pene durante el coito. La «placa» (cicatriz) de Peyronie es el resultado de una producción anormal de la matriz extracelular a través de la regulación de la actividad de los miofibroblastos y los inhibidores tisulares de las metaloproteinasas de la matriz, entre otros mecanismos. Existe un vínculo entre los antecedentes personales o familiares de Peyronie y las contracturas de Dupuytren (afección de la mano que produce retracción de los dedos), lo que sugiere una predisposición genética.

La EP se diferencia ampliamente en una fase inflamatoria aguda («activa») y una fase crónica («estable») la fase. La primera se caracteriza por un dolor peneano variable y un pene progresivo deformidad. Esta última se caracteriza por la estabilidad de los síntomas y la mejora/resolución del dolor. Hasta la fecha, no hay criterios firmemente acordados que caractericen la transición a la EP crónica. Muchos expertos consideran que la EP es estable cuando se presenta durante al menos 12 meses con 3-6 meses de estabilidad. En cambio, el dolor intenso rara vez persiste más allá de la fase aguda. El tratamiento varía dependiendo de la fase de la enfermedad.

La Enfermedad de La Peyronie suele ocurrir típicamente durante los decenios quinto y sexto de la vida, pero puede ocurrir a cualquier edad. Los estudios han sugerido que la prevalencia de Peyronie podría ser de hasta el 9% en la población general, y más alta en los pacientes con diabetes o después de una prostatectomía radical. Sin embargo, Shiraishi y otros encontraron una prevalencia mucho más baja del 0,6% en una cohorte japonesa. Además de la disfunción sexual, la EP también tiene un impacto significativo en la calidad de vida y el bienestar psicológico del hombre y su pareja. Los urólogos se enfrentan frecuentemente a la EP en la práctica, y como resultado de la mayor conciencia y la disponibilidad de nuevas opciones de tratamiento, es probable que el número de hombres que se presentan al tratamiento aumente en los próximos años. Por lo tanto, es obligatorio comprender en general su evaluación y tratamiento. Aquí, proporcionamos una visión general de la esta enfermedad.

Dr. François Peinado Ibarra 
Cirujano-Urólogo & Andrólogo
www.doctorpeinado.com

REFERENCIAS

de la Peyronie F. Sur quelques obstacles qui s’ opposent a l’ejaculation nat- urelle de la semence. Mem. Acad. R. Chir. 1743; 1: 425–34.

Akkus E. Historical review of Peyronie’s disease. In: Levine LA (ed.). Pey- ronie’s Disease. Humana Press, Totowa, 2007; 1–8.

Mohede DCJ, de Jong IJ, van Driel MF. Medical treatments of Peyronie’s disease: past, present, and future. Urology 2019; 125: 1–5.
Musitelli S, Bossi M, Jallous H. A brief historical survey of “Peyronie’s disease.” J. Sex. Med. 2008; 5: 1737–46.

De Rose AF, Mantica G, Bocca B, Szpytko A, Van der Merwe A, Terrone C. Supporting the role of penile trauma and micro-trauma in the etiology of Peyronie’s disease. Prospective observational study using the electronic microscope to examine two types of plaques. Aging Male 2019; https://doi. org/10.1080/13685538.2019.1586870.

Bjekic MD, Vlajinac HD, Sipetic SB, Marinkovic JM. Risk factors for Pey- ronie’s disease: a case-control study. BJU Int. 2006; 97: 570–4.

Gelbard M, Goldstein I, Hellstrom WJ et al. Clinical efficacy, safety and tolerability of collagenase Clostridium histolyticum for the treatment of pey- ronie disease in 2 large double-blind, randomized, placebo controlled phase 3 studies. J Urol. 2013; 190: 199–207.

Del Carlo M, Cole AA, Levine LA. Differential calcium independent regu- lation of matrix metalloproteinases and tissue inhibitors of matrix metallo- proteinases by interleukin-1beta and transforming growth factor-beta in Peyronie’s plaque fibroblasts. J Urol. 2008; 179: 2447–55.

Mateus M, Ilg MM, Stebbeds WJ et al. Understanding the role of adenosine receptors in the myofibroblast transformation in Peyronie’s disease. J. Sex. Med. 2018; 15: 947–57.

Bias WB, Nyberg LM Jr, Hochberg MC, Walsh PC. Peyronie’s disease: a newly recognized autosomal-dominant trait. Am. J. Med. Genet. 1982; 12: 227–35.

Al-Thakafi S, Al-Hathal N. Peyronie’s disease: a literature review on epi- demiology, genetics, pathophysiology, diagnosis and work-up. Transl. Androl. Urol. 2016; 5: 280–9.

Nehra A, Alterowitz R, Culkin DJ et al. Peyronie’s disease: AUA guideline. J Urol. 2015; 194: 745–53.

Tal R, Hall MS, Alex B, Choi J, Mulhall JP. Peyronie’s disease in teen- agers. J. Sex. Med. 2012; 9: 302–8.

Mulhall JP, Creech SD, Boorjian SA et al. Subjective and objective analysis of the prevalence of Peyronie’s disease in a population of men presenting for prostate cancer screening. J. Urol. 2004; 171: 2350–3.

Schwarzer U, Sommer F, Klotz T, Braun M, Reifenrath B, Engelmann U. The prevalence of Peyronie’s disease: results of a large survey. BJU Int. 2001; 88: 727–30.

Tal R, Heck M, Teloken P, Siegrist T, Nelson CJ, Mulhall JP. Peyronie’s disease following radical prostatectomy: incidence and predictors. J. Sex. Med. 2010; 7: 1254–61.

Kadioglu A, Sanli O, Akman T et al. Factors affecting the degree of penile deformity in Peyronie disease: an analysis of 1001 patients. J. Androl. 2011; 32: 502–8.

Shiraishi K, Shimabukuro T, Matsuyama H. The prevalence of Peyronie’s disease in Japan: a study in men undergoing maintenance hemodialysis and routine health checks. J. Sex. Med. 2012; 9: 2716–23.

Nelson CJ, Mulhall JP. Psychological impact of Peyronie’s disease: a review. J. Sex. Med. 2013; 10: 653–60.

Davis SN, Ferrar S, Sadikaj G, Gerard M, Binik YM, Carrier S. Female partners of men with Peyronie’s disease have impaired sexual function, sat- isfaction, and mood, while degree of sexual interference is associated with worse outcomes. J. Sex. Med. 2016; 13: 1095–103.

Hellstrom WJ, Feldman R, Rosen RC, Smith T, Kaufman G, Tursi J. Bother and distress associated with Peyronie’s disease: validation of the Peyronie’s disease questionnaire. J. Urol. 2013; 190: 627–34.

Coyne KS, Currie BM, Thompson CL, Smith TM. Responsiveness of the Peyronie’s Disease Questionnaire (PDQ). J. Sex. Med. 2015; 12: 1072–9. Mulhall JP, Schiff J, Guhring P. An analysis of the natural history of Pey- ronie’s disease. J. Urol. 2006; 175: 2115–8.

Burri A, Porst H. The relationship between penile deformity, age, psycho- logical bother, and erectile dysfunction in a sample of men with Peyronie’s disease (PD). Int. J. Impot. Res. 2018; 30: 171–8.

Burnett AL, Nehra A, Breau RH et al. Erectile dysfunction: AUA guideline. J. Urol. 2018; 200: 633–41.

Allen MS, Walter EE. Erectile dysfunction: an umbrella review of meta- analyses of risk-factors, treatment, and prevalence outcomes. J. Sex. Med. 2019; 16: 531–41.

Wiggins A, Farrell MR, Tsambarlis P, Levine LA. The penile sensitivity ratio: a novel application of biothesiometry to assess changes in penile sen- sitivity. J. Sex. Med. 2019; 16: 447–51.

Ohebshalom M, Mulhall J, Guhring P, Parker M. Measurement of penile curvature in Peyronie’s disease patients: comparison of three methods. J. Sex. Med. 2007; 4: 199–203.