Infección urinaria – II
Hay mujeres que tienen cistitis de forma repetida, una situación que puede durar años. Este es un problema importante puesto que afecta a su calidad de vida, y la continua toma de antibióticos acaba alterando su flora vaginal, favoreciendo la aparición de candidiasis vaginales que, a su vez, favorecen las cistitis.
El análisis de orina con cultivo es determinante puesto que informa sobre el germen causante de la infección, que en un alto porcentaje de casos es el E coli. Hay pacientes que presentan infección en el análisis de orina y no tienen síntomas por lo que a veces, se decide no tratarles. Los pacientes que siempre deberán recibir tratamiento son las mujeres embarazadas, los niños y los trasplantados renales.
El principal riesgo de una cistitis no tratada y que evoluciona, es su progresión ascendente hacia el riñón; no es frecuente pero cuando sucede pueden ocasionar un daño severo a la función renal.
Muchas pacientes preguntan sobre el origen de la cistitis. La causa más frecuente se debe a la gran cantidad de bacterias presentes en el intestino o zona genital que facilitan por proximidad la colonización del sistema urinario estéril.
Uno de los principales motivos por el que las mujeres son mucho más susceptibles que los hombres a las infecciones urinarias es por la diferencia de longitud de la uretra. La uretra femenina es mucho más corta, alrededor de 3,5 cm frente a los 12 cm de la uretra masculina. Otros factores que favorecen las cistitis son: no ingerir suficiente agua, abusar de los baños frente a la ducha, aguantar la orina demasiado tiempo o tener piedras en los riñones. También, la falta de lubricación adecuada durante las relaciones sexuales potencia el riesgo. En la consulta debemos aconsejar cambios de estilo de vida que eviten la infección urinaria como son beber más agua, no aguantarse las ganas de orina o lubricar la vagina en las relaciones si fuera necesario.