Impacto de las vacunas en la salud y la reproducción de los hombres

Actualmente hay tres vacunas COVID-19 que han recibido la autorización de uso de emergencia en los Estados Unidos: Pfizer BioNTech, Moderna y Janssen/Johnson & Johnson. Las vacunas de Pfizer BioNTech y Moderna son vacunas de ARNm, que se componen de fragmentos de ARNm que son captados por las células inmunitarias, que transcriben el ARNm en proteínas en forma de espiga, las mismas que se encuentran en la superficie del SRAS-CoV-2, lo que conduce al reconocimiento inmunitario de estas proteínas y a la creación de anticuerpos contra ellas. Estas vacunas de ARNm no contienen virus vivos ni utilizan un vector viral. Las vacunas de Janssen/Johnson & Johnson y Oxford-AstraZeneca utilizan una tecnología más tradicional basada en vectores virales, que combinan el fragmento de ADN del SARS-CoV-2 que codifica la proteína de la espiga y lo combinan con adenovirus desactivados para entregarlo a las células inmunitarias. Hasta la fecha, no se han realizado estudios que comparen las dos tecnologías de vacunas en cuanto a su impacto en la fertilidad, los parámetros del semen o las hormonas sexuales.

Ha habido preocupación entre el público sobre el impacto de las vacunas en los espermatozoides y la infertilidad, sobre todo impulsada por los teóricos de la conspiración. Parte de este temor se debe a la falta de conocimiento sobre las nuevas vacunas basadas en el ARNm y a la idea errónea de que las proteínas de los picos pueden permitir que el virus entre en los gametos (y otras células adultas) y altere el ADN. También se ha hecho hincapié en el hecho de que las mujeres embarazadas fueron excluidas de ambos estudios y a los hombres y mujeres con potencial reproductivo en los estudios se les exigió que utilizaran un método anticonceptivo altamente eficaz o que se mantuvieran abstinentes. Esto estaba relacionado con los estrictos protocolos requeridos para los ensayos clínicos, no debido a la preocupación de que las vacunas fueran inseguras en el embarazo o afectaran a la fertilidad/la descendencia.

Los efectos secundarios más comunes notificados en ambos estudios fueron dolor/enrojecimiento/hinchazón en el lado de la inyección, fatiga, dolor de cabeza, fiebre y escalofríos. Los efectos secundarios graves fueron poco frecuentes, pero incluyeron lesiones en el hombro relacionadas con la administración de la vacuna, linfadenopatía axilar derecha, arritmia ventricular paroxística, parestesia en la pierna derecha y parálisis de Bell. No se notificaron efectos secundarios sexuales ni urológicos. Otro estudio descubrió que de los 15.785 acontecimientos adversos notificados al Sistema de Notificación de Acontecimientos Adversos a las Vacunas de la FDA relacionados con la vacuna de Pfizer-BioNTech y Moderna, sólo el 0,7% (n=113) describía síntomas urológicos.

Incluyeron síntomas del tracto urinario inferior (n = 34, 22%), hematuria (n = 22, 14%), infección urinaria (n = 41, 26%), piel y/o tejidos blandos (n = 16, 10%) y otros (n = 43, 28%). Sólo el 18% (n = 20) de los informes de acontecimientos adversos describieron síntomas urológicos aislados. Ninguno informó de síntomas relacionados con la función eréctil, la función eyaculatoria o la función sexual.

Actualmente no hay pruebas de que la vacuna pueda causar infertilidad en hombres o mujeres, daños en la placenta o provocar abortos espontáneos. La ASRM afirma en su documento de orientación del Grupo de Trabajo de COVID-19 que, dado que las vacunas de ARNm de COVID-19 no están compuestas por virus vivos, no se cree que causen un mayor riesgo de infertilidad, pérdida en el primer o segundo trimestre, mortinatos o anomalías congénitas. Un pequeño estudio prospectivo de 45 hombres demostró que no había disminuciones significativas en ningún parámetro de los espermatozoides entre esta cohorte de hombres sanos antes y después de 2 dosis de una vacuna COVID-19 de ARNm y que de los 8 hombres del estudio que eran oligospérmicos antes de la vacuna, ninguno tuvo una mayor disminución de la concentración de esperma. Concluyeron que, dado que las vacunas contienen ARNm y no el virus vivo, es poco probable que la vacuna afecte a los parámetros de los espermatozoides. Otro estudio comparó los parámetros espermáticos de 43 pacientes varones sometidos a FIV antes y después de recibir la vacuna de ARNm de Pfizer BioNTech. Descubrieron que no había diferencias en los parámetros, incluidos el volumen, la concentración y el recuento total de espermatozoides móviles, después de la vacunación. Cabe destacar que este estudio aún no ha sido revisado ni publicado. Otros dos estudios también encontraron que la vacunación con COVID-19 no afecta a la fertilidad masculina o femenina ni a los resultados del tratamiento de fertilidad.

Según todos los datos disponibles actualmente, las vacunas son seguras y no hay pruebas que sugieran ningún impacto negativo sobre la fertilidad o la salud sexual. Es más probable que la propia COVID-19 tenga más implicaciones a largo plazo en comparación con la vacuna.

CONCLUSIONES

Aunque se ha publicado mucho sobre el SARS-CoV-2 y el COVID-19 en el periodo relativamente corto de tiempo transcurrido desde que se detectó por primera vez la enfermedad y se identificó la causa, la mayoría de los estudios están limitados por su corta duración y el pequeño tamaño de las muestras. Además, existen datos contradictorios significativos, probablemente relacionados con el pequeño tamaño de las muestras y la limitada diversidad de estas. Con algunas excepciones, la mayoría de los estudios se basan en datos retrospectivos. Los estudios futuros deberán examinar más a fondo los efectos a largo plazo del COVID-19 y sus vacunas en la salud y la función sexual de los hombres, así como las repercusiones que puede tener en su descendencia. Inicialmente, los estudios de cohortes muy pequeños ayudaron a caracterizar poblaciones de pacientes únicas afectadas por la COVID-19. Estos esfuerzos de investigación fueron esenciales para proporcionar datos importantes donde antes no existían. Pero hay que tener cuidado con la cobertura mediática sensacionalista de la investigación sobre el COVID-19 sin una evaluación crítica de la calidad científica, y con las revistas que se apresuran a publicar investigaciones de baja calidad. A medida que la pandemia evoluciona, instamos a los investigadores a dar prioridad a la realización de investigaciones académicas que tengan un alto valor científico para orientar los esfuerzos de salud pública.

Dr. François Peinado Ibarra
Cirujano-Urólogo & Andrólogo

Hospital Quirón Ruber 39. Madrid
Centro de excelencia en la cirugía reconstructiva y plástica del pene

www.doctorpeinado.com
doctorpeinado@gmail.com

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