Después del coronavirus
El coronavirus ha parado nuestras vidas. Los hospitales están dedicando gran parte de su actividad a estos pacientes, pero la vida sigue y las enfermedades no entienden de poner un paréntesis en su evolución. Llevamos muchas semanas (y las que quedan) posponiendo cirugías y múltiples pruebas diagnósticas. Solo se realizan cirugías o procedimientos de urgencia, como: un cateterismo cardíaco, una cirugía de apendicitis o, como en nuestro caso, intervenciones a pacientes que tienen hematurias severas que pueden poner en riesgo sus vidas.
Esta situación va a retrasar muchos diagnósticos importantes. Desconocemos la repercusión que tendrá este retraso, la vuelta a la normalidad será escalonada y compleja, y tendremos que establecer criterios y priorizar según los casos, para evitar retrasos importantes en el diagnóstico y tratamiento de patologías como el cáncer.
Todas las pruebas de detección temprana como las mamografías, colonoscopias y muchas otras, van a alargar las listas de espera ya existentes, lo que supondrá un reto organizativo en los próximos meses. Los pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión mal controlada también pueden sufrir repercusiones nocivas si no tratan a tiempo.
Todas las citas programadas y perdidas se tendrán que volver a citar en agendas ya de por si completas. Piense en las personas que tenían, por ejemplo, cita en las unidades del dolor; el sufrimiento que están teniendo y no saben cuando las podrá atender un especialista.
El día después va a ser muy complicado con unas listas de espera de consultas, de pruebas diagnósticas y cirugías muy importantes. Hay que pensar ya en un plan… Y lo que es evidente es que a los mismos profesionales sanitarios que actualmente están haciendo un esfuerzo tremendo, se les volverá a pedir de nuevo mucho empeño para que la situación sanitaria salga adelante y pueda volver a una improbable normalidad.
Dr. François Peinado Ibarra
Cirujano-Urólogo & Andrólogo
www.doctorpeinado.com